La búsqueda de vías de financiación con las que sacar
adelante una idea de negocio figura como uno de los puntos principales en los
que los emprendedores centran una parte importante de sus esfuerzos. Los
efectos de la crisis económica y la destrucción de empleo han propiciado el
aterrizaje en este terreno de nuevos empresarios con necesidades imperantes de
confianza en sus proyectos y de crédito para poder sacarlos adelante.
Esta etapa emprendedora ha traído consigo la aparición de nuevos métodos y fórmulas
para la búsqueda de inversores. Una apuesta por la
captación de fondos en la que se han abierto paso algunos procedimientos
originales que rompen los esquemas clásicos, en los que los emprendedores
presentaban sus proyectos ante posibles interesados en el marco de oficinas o
despachos.
“La fase de captación de fondos es clave para que un
proyecto emprendedor salga adelante y no sea engullido por la dura competencia
del mercado.”
En esta línea se sitúan formatos poco comunes hasta la fecha
en España como el denominado Elevator
Pitch. Un método que se sale de lo común para poner a los futuros hombres
de negocios a prueba y en la tesitura de ser
capaces de defender sus ideas en el espacio de tiempo que un ascensor realiza
su recorrido.
El Elevator Pitch, un método para presentar proyectos que rompe los esquemas
En España esta técnica ha estado presente en diferentes
convocatorias públicas y empresariales ligadas a concursos para jóvenes emprendedores.
Una forma original de probar a los nuevos empresarios rompiendo cualquier
esquema preconcebido, así como para medir su capacidad para enfrentarse a
situaciones complejas y de tensión.
Estados Unidos figura como uno de los escenarios en los que
este tipo de discurso para la presentación de un proyecto más veces se ha
puesto en marcha. Un método de ensayo para futuros empresarios que cuenta con
múltiples seguidores. Y es que fue en este país, donde surgió la idea allá por
1980 de la mano de Philip B. Crosby.
Junto a esta búsqueda de capital un tanto movida, en la
actualidad los emprendedores tienen a su alcance otras fórmulas menos
rompedoras como son las denominadas aceleradoras de proyectos. Diferentes empresas, instituciones o
colectivos de emprendedores han tejido una completa estructura de ayudas y
contactos dirigidos a captar las mejores ideas de negocio y conectarlas con
aquellos inversores que puedan convertirlas en realidad.
“El sector tecnológico se sitúa como uno de los que mayor
interés despierta entre los inversores y en el que el componente internacional
está más presente.”
De la mano de estas redes especializadas, los emprendedores tienen a su alcance los
fondos necesarios para poder poner a rodar sus proyectos, además de un
interesante y valioso asesoramiento aportado por empresarios consolidados, así
como por otros hombres de negocios que recorrieron este mismo camino unos
cuantos años antes.
Bajo la fórmula de aceleradoras o incubadoras de ideas, este
tipo de formatos de captación de financiación funcionan como un auténtico balón
de oxígeno para jóvenes proyectos, especialmente asentados en sectores como el
tecnológico, en los que el factor tiempo es vital para conseguir aprovechar las
nuevas oportunidades del mercado y no terminar siendo adelantados por la gran
competencia de ideas llegadas de los puntos más remotos del planeta.
La apuesta por el emprendimiento como una de las vías más
valiosas para reactivar la economía ha intensificado también los concursos y convocatorias tanto públicas
como privadas en las que los participantes compiten por interesantes
recursos económicos e infraestructuras en las que poder ir haciendo que sus
proyectos cojan forma.