martes, 1 de abril de 2014

Adapta tu empresa a clientes y empleados

Cualquier espacio o sala en una empresa debe estar cuidada al detalle desde una doble perspectiva: los empleados y los visitantes.
¿Cómo adaptar la empresa a los clientes?
Para ello se deben tener en cuenta las necesidades que puedan surgir de visitas comerciales o de socios colaboradores. En un primer estadio debemos cuantificar el tiempo medio de las visitas, que en estos casos no acostumbra a superar las 2 horas de duración. ¿Qué puede necesitar un visitante en este tiempo?
En esencia hay que cubrir necesidades básicas por una parte y otras más más de tipo protocolario. Si tenemos un dispensador de agua en la oficina debemos ofrecer un vaso de agua. Si no lo tenemos, deberíamos tener a mano algunos botellines que ofrecer a nuestros invitados.
Dejando atrás el agua, también sería importante tener una máquina de café para poder ofrecer una taza a los clientes o potenciales clientes que nos visiten.
Dependiendo de la hora en que se realice la visita y la previsión con que se programó, también puede prepararse un pequeño servicio de catering que sirva algunos alimentos variados para el desayuno o el almuerzo. A la tarde es más habitual ofrecer únicamente café o .
Tras el protocolo está la sala de reuniones, que deberemos tenerla adaptada a las necesidades que surjan de las propias visitas. Proyectores, pizarras, material de oficina… no puede faltar de nada ya que cualquier segundo es preciado a la hora de cerrar acuerdos. Además, la imagen de la empresa y sus valores corporativos deben estar reflejados en la decoración, la iluminación de la estancia y el orden que desprenda cada elemento. Los detalles cuentan, y más en un ambiente de feroz competencia como el actual.
¿Cómo adaptar la empresa a los empleados?
Las necesidades de las personas que trabajan en la propia empresa y que, por lo tanto, pasan gran parte del día en ella son algo distintas y abarcan más el ámbito de la distribución de espacios más allá de los servicios a los que acceder.
Para un empleado tener un dispensador de agua puede ser la solución a muchos de sus problemas, tanto de salud como económicos. Beber del grifo no es sano en la mayoría de ciudades, y obligar al empleado a comprarse diariamente botellines de agua para mantenerse hidratado va a hacer que se reduzca su felicidad laboral. Tener un dispensador de agua ayuda a que se genere un microclima a su alrededor de descanso donde recargar pilas y entablar alguna conversación improvisada que refuerce la relación entre los empleados.
El café también debería ser una de las prioridades para toda empresa. No sólo por su efecto vigorizante y activador sino también por mejorar la sensación de familiaridad y confort del empleado en el trabajo. Si además tenemos una sala específica para tomar café provocaremos que los empleados no bajen tan a menudo al bar a desayunar y promoveremos las conversaciones entre departamentos y distintos perfiles de trabajadores. Siempre pueden surgir buenas ideas, o una buena amistad, pero para ello debemos adaptar alguna sala para que pueda suceder. También, a nivel de valor añadido, un empleado que se marche al bar más cercano a tomar el café o el desayuno tardará más tiempo en regresar que si lo hace en la propia oficina. Tomar el aire nunca va mal ni lo debemos evitar, pero deberíamos ofrecer la posibilidad de desayunar o acceder a café o té en el propio ambiente laboral.
¿Está tu empresa orientada a las visitas o a tus empleados?

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